jueves, 29 de marzo de 2012
Encuentros
La
vida se encarga solita de cruzar nuestros caminos con los caminos de otros. A
diario, el azar irrumpe golpeando nuestras puertas de la mano de nuevos
encuentros y ofreciendo nuevas posibilidades y nuevas pupilas donde
reflejarnos. No podemos elegir quien entra en nuestras vidas ni el reflejo que
esa mirada nos pueda devolver, pero sí podemos elegir quien se queda caminando
en nuestro andar, lo que queremos irradiar y el espejo que queremos ser para
los demás.
María Eugenia Rojas
miércoles, 28 de marzo de 2012
Dar y recibir
Dar y
recibir son caras de la misma moneda.
Quien no
puede dar, también tiene dificultades para recibir.
No poder
recibir es otra forma de mezquindad.
María
Eugenia Rojas
martes, 27 de marzo de 2012
En tus manos...
En
tus manos me vuelvo pequeña, me pierdo en la inmensidad del poder que ejercen sobre mí. A veces siento que quepo en tu puño o que entre tus manos abiertas me
tomas y me puedes guardar. Me encojo para que tus manos me envuelvan, me vuelvo
volátil, efímera; me deshojo en mil suspiros que derraman y esfuman mi
materialidad. A veces me vuelvo sólo alma, sólo sentir, porque entre tus manos
se expande mi existencia etérea, me vuelvo luz, me hago agua, fuego, arcilla y
corazón.
En
tus manos soy de papel, me pliegas, me armas y desarmas, me tienes entera
cuando me alcanzas con las yemas de tus dedos. Tus manos me abrigan, me
transportan, me cuidan. A veces siento que quiero fundirme en tus manos, ser
parte de ellas, quedarme a vivir allí, prendida de tu calor, adherida a la piel
de terciopelo de esas beldades que agitas cual alas de mariposa, portadoras de
magia y de un sinfín de sueños que atraviesan mi emoción y dan vida hasta a la
más recóndita fibra de mi corazón.
En
tus manos se desvanece el mundo y ya nada puede dañarme, allí no hay peligro
alguno porque en tus manos es todo cálido, suave y tierno. Cuando me acurruco
en tus manos, no existe nada más que tú y yo, y me parece que soy niña otra
vez, que estoy indefensa, sin embargo, no siento ningún temor. A veces me
parece que me desarmo cual flor bajo tu caricia, pero que luego me cubres nuevamente
con los pétalos que traes en la punta de los dedos. Bajo tus manos quiero
dormir, con ellas quiero volar, en ellas te quiero sentir, sin ellas no
entiendo de qué forma se puede vivir.
María Eugenia Rojas
lunes, 26 de marzo de 2012
¿Jardinero enamorado?
Creo que nací para regarte el jardín.
A mi lado, agua jamás le faltaría
A tus rosas, gladiolos y alelíes
Y a ese bello photus, ¡cómo lo cuidaría!
JRR
Querer o amar
No pierdas por error a quien te ama,
Y no intentes amar por error a quien quieres,
Y menos aún a quien no le importes.
JRR
Quisiera conmoverla
Hoy es un día especialmente nuevo,
Deseo conmover a mi doncella.
Entre flores, analizo y me desvelo:
¿Cómo hago feliz algo tan bello?
No razono, me conmuevo.
Jamás pensé un minuto así.
¿Dónde estaba? ¿Estaba ciego?
Y hoy me veo en loco frenesí.
Y estabas tú en cuerpo y alma
En mis sueños, desbordados de esperanza,
Alocada carrera que me alcanza,
Clavando tu imagen con certera lanza.
Y no es posesión inquisitiva,
Es inclusión que se agiganta.
Es tenerte, mimarte, besarte,
En los tiempos y en mi vida.
JRR
Tiempo
Todavía siento el roce de tu mano,
Tersura enflechada con destino de alma.
Conmovedora instancia de dulzura
Que tras el tiempo arrebató mi calma,
Que tras el tiempo aceleró locuras,
Que el tiempo renueva y muestra tus finuras.
JRR
Pedido
Anoche pedí a un ángel,
protegerte en tu sueño.
Rápidamente bajó aquél,
y al preguntarle el por qué de su regreso,
respondió con fresca voz de miel:
Un ángel como yo en este intento ceja,
pues no necesita que otro ángel lo proteja.
JRR
Rozándose
Si alguna vez la veo por el mundo
Y pasa junto a mí
Y pasa sonriéndose
Y yo digo: ¿Cómo puede sonreir?
Luego asoma a mis labios una sonrisa
Máscara de dolor.
Entonces digo: ¿Acaso ella se ríe como me río yo?
JRR
miércoles, 21 de marzo de 2012
Cuando el amor duele o enoja...
Aquellos a
quienes más amamos son siempre los primeros que nos lastiman o quienes lo hacen
con mayor intensidad.
¿Por qué?
Porque son
aquellos de quienes más esperamos y de quienes más nos duele no recibir.
Porque de
ellos necesitamos más, porque a ellos les damos más.
Porque a
ellos les entregamos nuestro corazón al desnudo, sin defensa alguna, deseando
que lo abriguen, que lo cuiden, que lo sanen.
Porque con
ellos nada nos es indiferente.
Porque en
ellos depositamos la esperanza de nuestra felicidad.
¿Entonces?
No
deberíamos esperar recibir, deberíamos sólo dar.
No
deberíamos poner una mochila tan grande y pesada en los hombros de quienes
amamos, porque cada uno es responsable de su corazón y de su propia felicidad.
Tenemos la
obligación de intentar hacer felices a quienes amamos, pero no debemos pensar
que ellos deben hacernos felices a nosotros de ningún otro modo más que con el
placer que nos debería producir participar de hacer posible su felicidad.
Amar es
poder ser feliz multiplicando o compartiendo la felicidad de un otro que es
objeto de ese amor.
Si te
enojás con alguien a quien amas, es porque lo amas, pero aún así, no has
entendido la profundidad del concepto.
Si no te
enojás, pero te duele, mirando para adentro hallarás más respuestas que fuera
de vos.
María
Eugenia Rojas
martes, 20 de marzo de 2012
Todavía
Todavía me estremezco en el recuerdo de tus líneas.
Todavía tu blanca silueta ilumina la penumbra de la
habitación.
Todavía respiro la ternura de tus besos.
Todavía tu voz de caramelo entibia mi corazón.
Todavía me embriaga tu aroma.
Todavía siento el peso de tu cuerpo.
Todavía la sangre se agita en mi pecho.
Todavía el sol de tu mirada enciende la chispa de mi
ilusión.
Todavía siento esa suavidad bajo mis manos.
Todavía el calor de tu alma me abraza y abrasa.
Todavía tu piel abriga mis sueños.
Todavía tus manos de terciopelo vuelan como
mariposas sobre mí.
Todavía mi latido se acelera con la memoria de tu
respiración espesa.
Todavía tu risa acaricia mis oídos.
Todavía me envuelves el aire con urgencias.
Todavía tu aliento arde sobre mi cuello.
Todavía tu abrazo me sostiene en viaje celeste.
Todavía la magia de tu belleza se derrama como
canción.
Todavía tu deseo me mantiene sumergida en un colchón de pétalos.
Todavía no encuentra mi alma el modo de existir sin
vos.
María
Eugenia Rojas
Lunes 22 de Noviembre de 1880
Querida,
Tu última carta me ha dejado
sin respiración, me ha desestabilizado por completo. Me siento perdida o quizás es el miedo o la
ansiedad. ¡No puedo creer que lo hayas conseguido!
Hoy Doris, mi criada, me ha
informado que el señor Dobbsters tendría una cena luego de atender en el
consultorio el Miércoles por la tarde, así que me temo que ese día no podrá
ser… dejémoslo para el día de Júpiter de esta semana, ya que él viene directo a
casa.
¡Oh, maldición! ¡He volcado la
tinta sobre el escritorio y manché la solapa de la carta! Estoy tan nerviosa
últimamente… es que tú me crispas los nervios. Cuando llega la correspondencia,
me vibra el cuerpo y las manos me tiemblan como un insecto. Temo tanto que nos
descubran.
Debo irme,
Adiós.
G
Bocanada
Bocanada
fresca,
en tu fragancia
respiré.
Boca nada
en tu aliento,
tu perfume
que embriagó.
Nada en
boca siento ahora
que tu
ausencia diluyó.
María Eugenia Rojas
Tu bastón...
-¿Todavía
me querrás cuando sea viejita y necesite bastón? –dijo ella.
-Tú
nunca necesitarás bastón, mi amor –contesté yo.
Ella
suspiró pensativa y muy poco satisfecha con la respuesta…
-¿Para
qué necesitarías tú un bastón? -agregué yo- Tendrás mi brazo, mi hombro, mi
mano… Tendrás mi cuerpo como sostén, tendrás mis pasos para caminar…
Ella
volvió a suspirar, su rostro se iluminó, sus ojos hablaron sin palabras y de
sus labios una sonrisa escapó. Mientras, seguramente, como tantas otras veces,
ella pensaba:
-Si
no la ganas, la empatas…
Y
su sonrisa contagiosa, aún más amplia, en mi boca también se dibujó.
María Eugenia Rojas
No te calles...
Aunque
creas que nada tienes para agregar, que está todo dicho o que, simplemente, te
ha venido seco el tintero, pues no hay excusa que valga tu silencio, no hay
razón para sellar tu boca, salvo que estés siendo besado/a, cosa que igual no
es excusa, pues luego del beso seguro tienes aún más para decir, mucho sentir
para regalar… y si no le pones palabras, ¿de qué manera tu voz nos va a llegar?
Todos
tenemos algo para decir, todos tenemos ideas y emociones que queremos compartir…
No te
calles, siempre habrá alguien que quiera escuchar.
Escribe en
mis pupilas, escribe en mi corazón, que tu palabra llegará hasta mis oídos y
más lejos también…
María
Eugenia Rojas
lunes, 19 de marzo de 2012
Sábado 20 de Noviembre de 1880
Querida G.,
En este momento estoy fumando
un cigarrillo que me encontré tirado en la calle. Está un poco mojado debido a
la lluvia matutina pero sabe bien y calienta mis pulmones.
En una carta anterior, te
había mencionado a Leonardo, ¿lo recuerdas? Él fue el que nos presentó y el que
había bromeado sobre la manera de hablar de tu esposo… tan refinada que apesta,
¿verdad? ¡Sí que te hizo reír aquella vez! Hace un rato tomó un par de copas
conmigo, obviamente lo obligué a que pagara mi parte… ¡más bien! ¿Quién se cree
que es ese bastardo?
Te tengo buenas noticias. Ya
se han realizado los últimos papeles de la ficha médica de Lila y Bugsy copió
las mejores monedas que jamás he visto. Así que sólo faltas tú, mi vida.
Mándame la señal y el plan se llevará a cabo.
No lo pienses demasiado,
¿acaso lo sigues queriendo después de todas las cosas que te hizo pasar? Ese no
es un marido, es un gran comerciante.
X.
P.D.:
Recuerda que te amo.
sábado, 17 de marzo de 2012
viernes, 16 de marzo de 2012
jueves, 15 de marzo de 2012
miércoles, 14 de marzo de 2012
A orillitas de la mar
Anoche soñé contigo,
dulcísimo despertar.
Soñaba que te besaba
a orillitas de la mar.
De nuevo soñé contigo,
tú me venías a buscar.
Soñaba que tú me hablabas,
no me quería despertar.
Mañana dormiré temprano,
quizás te vuelva a escuchar.
Esa ilusión me ha ganado,
a ti te quiero ensoñar.
¿Por qué me ilusionas tanto?
Ya no lo puedo explicar.
Me imagino en tus cantos
a orillitas de la mar.
Más todo ello no alcanza,
es tu arrobo singular.
Clamo e imploro al eterno,
me ayude en tu conquistar.
Y es tan grande mi embeleso
que no lo puedo ocultar
¿Será mi primer beso
a orillitas de la mar?
JRR
domingo, 11 de marzo de 2012
Dando vueltas
Cuando nos enamoramos,
somos como una pelota que rebota contra el piso y vuelve a elevarse.
Pero finalmente cae,
cuando nos damos cuenta de que la otra persona no nos quiere.
Así que...
¡hemos de ser una pelota que cae y rebota constantemente!
(dibujo hecho por) Sandy
sábado, 10 de marzo de 2012
Amor sin correspondencia
Sueño
de primavera sangrante.
Arrobo
sin misticismo.
Exceso
que flagela.
Fuego maniatado
en la censura.
Fusión
en tallo de rosa.
Espina
dulce que devora.
Brillo
que al ojo lacera.
Aguja
que tatúa la piel.
Desborde
solitario de los instintos.
Cartas no enviadas de letras mojadas.
María Eugenia Rojas
lunes, 5 de marzo de 2012
sábado, 3 de marzo de 2012
Para mujeres dubitativas:
- No puedes, dijo el orgullo.
- Es problemático, dijo la experiencia.
- No tendrá sentido, expresó la razón.
- Estás ya madura, mencionó la envidia.
- Pero inténtalo, musitó suavemente el corazón.
JRR
Reglas que toda mujer debería tener:
- Si lo quieres, demuéstraselo.
- Si lo amas, no pierdas tiempo.
- Si no lo sientes con intensidad, no flirtees, no ilusiones.
JRR
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