“Una palabra tuya bastará para salvarme…”
Apenas una molécula…
Ni eso fue,
Ni un átomo siquiera.
Unos pocos electrones.
Flujo eléctrico lejano
que tres palabras animó.
Y con ellas,
tres millones de suspiros,
y en las fibras:
bullicio de pleno galope…
Electrizado mi corazón,
Con el alma entre los dedos,
Inyección de vida,
Aliento de fuego,
Encendida ilusión.
María
Eugenia Rojas
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