Y de golpe sin aire,
De un segundo a otro,
Muda, paralizada.
Con las manos sosteniendo
Los colgajos del alma arrancada,
Con el amor amputado,
Suspendida en ese tiempo sin reacción
En el que –al igual que con un miembro ausente-
El cuerpo sigue sintiendo que ahí está...
María
Eugenia Rojas
http://www.eu-hambruna.blogspot.com
0 comentarios:
Publicar un comentario