En un mar
de suspiros navego tu cuerpo de miel,
Sólo me
detengo para anclar en tus manos
Beber de tus
labios, respirar de tu boca
Y robar de
a sorbitos la fragancia de tu piel…
Envuelta en
tus caricias, vestida sólo con tus besos,
No hay
agua más pura que la lluvia de tu sudor,
Ni paraíso
que sea más suave,
Que el
tiempo que se escurre bajo la risa dulce de tu voz…
María
Eugenia Rojas
0 comentarios:
Publicar un comentario