Milagro para
honrar,
Agua pura
para zambullirse y salpicar.
Algunas veces
generosa por demás;
Otras, mezquina
en demasía…
Y en
muchas ocasiones, muy cruel.
Justa o
injusta,
Colmada o
vacía...
Aún así…
extremadamente bella.
Marea que golpea
y luego acuna,
Huracán que
sorprende,
¿Cuántas
veces te lleva, te arrastra, te empuja…?
¿Cuántas
veces te hunde y luego te eleva…?
Lágrimas y
suspiros,
risas y emociones,
Algunas
veces vestida de arco iris;
otras, cargada de grises dudas.
En blanco
y negro o en color…
Pero siempre,
siempre, extremadamente bella.
Manojillo
de instantes para celebrar,
Racimo de
sueños para ser y compartir,
Días de
cielo…
Nublados o
soleados, pero días para amar…
Tristes o
alegres, pero días para amar…
Realidad
que despeina,
Algunas veces,
de placer;
otras, de
miedo.
Sin
embargo… siempre tan extremadamente bella.
Regalo
supremo, bien mayor,
Que te
vuelvas barro, sangre, fuego, lluvia, cenizas;
Que te
desgarres de amor o de dolor;
Pero que no
la dejes pasar sin sentirla,
Sin contemplarla,
sin admirarla, sin amarla,
Sin alzar
los ojos para agradecerla,
Sin valorarla,
sin honrarla,
Sin dejarle
bien marcadas las huellas de tu pasos…
Porque… a
pesar de todo…
Extremadamente
bella… ¡es la VIDA!
María
Eugenia Rojas
0 comentarios:
Publicar un comentario