La semana pasada una radio mañanera convocaba a sus oyentes a
recordar dónde estaban cuando sucedió Malvinas... ... ... Desde allí, mi
recuerdo.
Viví Malvinas desde otro lugar. Mi camino me había llevado a
reconocer, en trabajo y estudio, otras formas de relacionarse entre la gente y
sobrevivir... ... y de pronto, en una noche de primavera la radio
pequeña que siempre acompañó cualquiera sea mi almohada, sobre
las cuatro de la mañana, trajo una noticia que me sacó del suave
insomnio que deviene luego del profundo descanso. "Un grupo de marinos
argentinos habían recuperado las Malvinas". Al sobresalto sobrevino la
alegría, desperté a mi compañero de sueños y tratamos de comunicarnos con
nuestros amigos. -¿De qué se trata? -Iríamos a confirmar la noticia a las
agencias de allí, para certificarlas... ... Pasaron los días... periódicos que
a doble página publicaban una y otra noticia con bandera argentina e inglesa en
cada página, y que, por supuesto, nunca coincidían.
Recuerdo ahora que, con uno de aquellos periódicos, desembarqué en
Ezeiza un trece de abril; y al mostrarlo a mi familia descreían de las noticias
que traía de afuera.
Lo otro, bueno, lo otro fue parte de un exilio que recién ahora
puedo elaborar y quizás, algún día, compartir con mis jóvenes amigos. De
ellos el futuro, para ellos nuestra memoria.
Sirva para reflexionar, la emoción de una de mis hermanas cuando
bajaba del avión: ¡mi hermanita perdida!... ¡cuánto sufrieron!
En ese momento comprendí lo que se estaba viviendo en las
calles... tan
cerca.
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