La
vida se encarga solita de cruzar nuestros caminos con los caminos de otros. A
diario, el azar irrumpe golpeando nuestras puertas de la mano de nuevos
encuentros y ofreciendo nuevas posibilidades y nuevas pupilas donde
reflejarnos. No podemos elegir quien entra en nuestras vidas ni el reflejo que
esa mirada nos pueda devolver, pero sí podemos elegir quien se queda caminando
en nuestro andar, lo que queremos irradiar y el espejo que queremos ser para
los demás.
María Eugenia Rojas
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