Este miércoles, una vez más, nos detendremos para celebrar y recordar la vida de un hombre que hizo patria.
Sin duda, cuando nos preguntamos acerca de los hombres que hicieron grande nuestra historia, no dudamos. Hay nombres que rápidamente nos vienen a la memoria y no admiten discusión ni sospechas. Así como hace unos meses recordábamos al creador de nuestra máxima insignia patria, el general Manuel Belgrano, este 17 de Agosto nos detendremos para conmemorar al General José de San Martín. No obstante, me gustaría que podamos ampliar esta visión de nuestra historia, y también rendir homenaje a otros héroes… a esos héroes anónimos que, sin embargo, tuvieron nombre y ayudaron de igual forma a construir nuestra historia. Pensemos en hacer justicia y también recordar a esos miles de hombres que nadie recuerda, a esos granaderos que pusieron el cuerpo y el alma en los campos de batalla; a esos que dieron su vida por el nacimiento de esta patria; a esos civiles que aún viviendo en la pobreza, donaron sus pocos bienes para que el proyecto de San Martín fuera posible; a ese pueblo entero que se alzó bajo el mismo grito de libertad y justicia. Porque la historia no la construye un sólo hombre, la historia la hacemos todos.
San Martín fue un gran líder, un gran motor, pero la libertad no llegó sólo gracias a su fuerza. La patria nació gracias al esfuerzo de todos aquellos que soñaron junto a él y que pusieron su vida al servicio de ese sueño de libertad. Todos ellos merecen tantos honores y tantos homenajes como aquellos cuyos nombres recordamos. La historia no está hechas sólo por unos pocos, la historia la hacemos entre todos, y eso es lo que también debe ser motivo de reflexión para nosotros desde nuestro rol de ciudadanos.
Somos todos actores de nuestra historia, somos todos responsables de ella, somos todos constructores de esta patria. La historia de un país se construye día a día con hombres y mujeres de carne y hueso, que se esfuerzan, que trabajan, que estudian, que sufren, que triunfan, que se equivocan, que se atreven y que a través de sus acciones modelan lo propio y particular que nos hace ser argentinos. Es deber de cada uno, desde el lugar donde esté y con lo que le haya tocado en el reparto de talentos, compartirlos y multiplicarlos para el bien de todos.
No olvidemos a San Martín, no olvidemos que él nos enseñó que no es posible encarar un proyecto de país sin unidad nacional; así como tampoco olvidemos nunca que la patria somos todos y seremos lo que nosotros hagamos de ella.
María Eugenia Rojas
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