A mi Musa, que escribe en mi alma y me regala el tintero de su corazón...
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lunes, 26 de septiembre de 2011

Decime, escribime, llamame, pensame, nombrame…

Mi nombre en tus labios suena como canción… tiene otra melodía, es el sonido indescriptible de tu voz.
Mi nombre en tu boca ya no es mío, es tuyo, como toda yo cuando me nombrás, y cuando no me nombrás también…
Mi nombre en tu sonrisa suena más dulce; sabe a caramelo, a pan caliente, a susurro de amor, a brisa de primavera…
Mi nombre no tiene tiempo, ni dueño, ni siquiera es sólo mío, como nada en este mundo… Pero a veces lo siento un poquito más propio, a veces lo escucho y siento que soy yo… Y eso pasa cuando vos le das vida, en el color de tu palabra, en el sabor de tu aliento, en el calor de tu respiración…
Mi nombre en tus manos es otro nombre, es el nombre de una reina, es el nombre más importante que se pueda leer…
Mi nombre en tu pluma trae la emoción de tu latir, tiembla en un puño tenso y vacilante de tantas dudas y cerrojos…
Mi nombre entre tus dedos aterciopela el papel de las hojas, las convierte en pétalos que acarician el sentir; es palabra que huele como flor y rasguña como espina…
Mi nombre no tiene brillo, ni belleza, ni calor, ni siquiera identidad… Pero a veces, encadenado entre grilletes de hielo, se derrite bajo el fuego de la tinta que me nombra; esa tinta que, moldeada por tu pulso, abre ventanas en mi alma para que el sol entre, entibie, libere… Y ahí soy yo, más que nunca…
Cuando decís mi nombre, no hay pasado ni futuro; el tiempo se detiene en un presente que sabe a eternidad… Cuando pronunciás mi nombre hay duendes, hay magia, hay aire impregnado por el aroma de un delirio para compartir…
Cuando escribís mi nombre, titila mi alma, y lo que leo no es mi nombre, lo que leo es… es la emoción en la punta de tus dedos; es la turbación de mis sentidos; es el brillo en mis pupilas; es tu latido y el mío, en un sólo vibrar, trémulo y silencioso…
Decime como quieras, pero decime… llamame, nombrame… Decilo, escribilo, pensalo… nunca estarás lejos, ni en invierno, ni en soledad cuando lo hagas…

María Eugenia Rojas
http://eu-hambruna.blogspot.com/

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