A mi Musa, que escribe en mi alma y me regala el tintero de su corazón...
Si querés unirte a este blog y compartir lo que escribís, te estábamos esperando, comunicate al siguiente correo: ma.eugeniarojas15@gmail.com

domingo, 11 de septiembre de 2011

Derramarse en papel

    Escribir es derramarse en papel... aunque en vistas de las nuevas tecnologías, tal vez debería decir en un teclado, ¿o acaso en una pantalla? Como sea, es derramarse… y es más estético decir en papel. Nada más poético que aquellas cartas que llegaban en papel y manuscritas… Nada más romántico, cálido y sensible que leer de puño y letra, ¿no?, sin desmerecer a las formas de comunicación virtual. Pero aunque las nuevas tecnologías a veces enfrían y despersonalizan, nadie duda que lo que hemos perdido en romanticismo, lo hemos compensado con las amplias posibilidades que nos brindan los sistemas informatizados; y no podemos dejar de reconocer las múltiples ventajas de los procesadores de texto, ni de perder de vista que con ellos hemos ganado tiempo y acortado todas las distancias…
    Escribir es el arte de derramarse con palabras, es dejar que el alma se asome, es animarse a desnudar la sensibilidad, es volcar lo que hay dentro nuestro, es ser libre en un breve instante de encuentro con uno mismo; y a la vez, es brindarse, es abrir los sentidos, la emoción y la razón para compartirlos con otro. 
    Sea cual sea el tema al cual pongamos letra, y por más esfuerzo que hagamos por disfrazarnos de múltiples personajes, escribir siempre se trata de uno mismo. Como en los sueños, traigan la cara que traigan, las personas que aparecen, siempre somos nosotros. No se puede escribir sobre lo que no se sabe, no se puede hablar sobre lo que no se siente, no se puede expresar lo que no se conoce o no se ha experimentado. Del mismo modo, como no hay comunicación sin emisor, tampoco la hay sin receptor;  y por ello, no escribimos sólo para nosotros, siempre hay un otro, aunque sea imaginario, que hace posible y necesaria la acción de brindarse, que otorga sentido a la intención de derramarse en la mágica experiencia de jugar con las palabras para que estas traduzcan lo que dicta el lenguaje del corazón, o el lenguaje de la razón.
    Escribir es derramarse de la forma más auténtica, es expresarse sin limitaciones, sin condicionamientos; porque aunque hay otro, ese otro está físicamente ausente y naturalmente mudo. No hay interrupciones ni reacciones que nos desvíen del camino de letras que trazamos y moldeamos a gusto cuando empuñamos la pluma o tamborileamos sobre un teclado.
    Escribir es animarse a cruzar las barreras del tiempo, a dejar una huella que nos trascienda; es ofrecer una resistencia ante la inevitable consciencia de la limitación humana frente a nuestra indudable finitud. Escribir es dejarse ser, entregarse en presente, y proyectarse a futuro. Las personas pasan, las palabras quedan, y si están escritas, no se las lleva el viento…
    Escribir es derramar pensamientos y sentimientos, es compartir saberes y emociones, es construir cultura, es intentar llegar a otro para enriquecerlo o conmoverlo, es crear arte, es dar algo de nuestro universo personal, es brindar eso bueno que llevamos y que no debemos guardar. Todos tenemos algo para decir, todos sabemos algo que podemos regalar, todos sentimos emociones que queremos compartir…
    ¿Qué estás esperando? No me digas que querés perderte el placer de derramarte… No me digas que sos cobarde… No me digas que sos mezquino…

María Eugenia Rojas
http://eu-hambruna.blogspot.com/


0 comentarios:

Publicar un comentario

Chat gratis