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martes, 11 de octubre de 2011

Genes feministas

Gracias al trabajo de muchos señores y señoras de guardapolvo blanco, hoy sabemos que el sexo en nuestra especie está determinado por la presencia de un par de cromosomas, el último par, el 23 o par sexual, que puede ser XX si se trata de una mujercita, o bien XY, si la partera anuncia varón… Sin embargo, sabemos también que hay más variantes en la viña del Señor, y que existen hembras X0, XY o XXX (ya sé lo que estás pensando, pero no, nada de actrices porno) o incluso machos XXY o XYY… Esto se debe a que en realidad, lo que determina el sexo masculino es sólo un gen, presente en una pequeña partecita del cromosoma Y. Un individuo XY es mujer si por esas cosas de la vida su cromosoma Y carece de ese gen.

El cromosoma X posee una cantidad muy importante de genes, alrededor de 1000; en cambio el Y, apenas unos 26. Además, el óvulo tiene un tamaño y una funcionalidad muy superior a la del espermatozoide, que es apenas un cabezota con genes. ¿Para qué más? Si las mujeres ponemos el resto… ¿Y a qué se debe tanta pobreza masculina? Y… es que, lo acepten o no los machistas, el cromosoma que los hace tan engreídos no es otra cosa que una variante evolutiva del cromosoma X, que surgió hace unos 300 millones de años, ya casi en la Era Mamífera (antes de eso, eran los reptiles los que dominaban la Tierra, la época de los dinosaurios, si así les resulta más familiar). En los reptiles, hay casos en que el sexo está determinado por la temperatura, como ocurre con la tortuga. Pero dicha temperatura es la de incubación del huevo, y no la de la cópula, como se creía antes de que la ciencia hiciera algunos hallazgos; sí, aunque usted no lo crea, se pensaba que si el revolcón era más frenético y ardoroso, pues el resultado era -¡Oh casualidad!- un varón, y si el entusiasmo era menor, pues ahí veníamos nosotras, siempre menos deseadas en estas sociedades patriarcales…

Pero para reivindicación del género femenino, y lamentando herir hombrías, el cromosoma que dirige la batuta, pues no es otro que el X, por ello también los machos lo portan. Parece ser que las mujeres no salimos de la costilla de Adán, sino más bien fue al revés, primero fuimos Eva y luego apareció Adán, no de la costilla, sino como resultado de una mutación…

Además, hasta la sexta semana de desarrollo embrionario, pues la nueva vida carece de sexo, es literalmente bipotencial… En otras palabras, estamos todos destinados a ser hembras, a menos que ese gen del cromosoma Y se active, si eso no ocurre, pues vendrá una nueva damisela a este mundo, mal que le pese al amor propio de algunos hombrecillos…

Pero cuando se dice que el sexo del hijo lo determina el hombre, pues ahí sí hay que darle la razón a los machistas que siempre quieren estar primeros y considerarse los artífices de todo. Es fácil, si las mujeres somos XX, pues producimos sólo gametas (óvulos) X, en cambio los hombres, producen espermatozoides en dos variantes: X e Y. Por ello, digamos que ellos ponen la variedad, luego el azar hace el resto.

Queda así demostrado que el machismo es sólo un rasgo cultural, porque si de Biología se trata, pues hasta los genes son feministas…

María Eugenia Rojas


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