Donantes de esperanza, para almas marchitas…
Facilitadores de sonrisas, para caras amargas…
Sembradores de dulzura, para tierras saladas…
Limpiadores de ofensas, para ultrajes que abaten…
Dadores de sol, para corazones nublados…
Hacedores de sueños, para noches opacas…
Secadores de lágrimas, para mejillas húmedas…
Regadores de besos, para labios sedientos…
Motores de fuego, para caminantes sin chispa…
Adjudicadores de suerte, para perdedores de amor…
Repartidores de lluvia, para entrañas resecas…
Iluminadores de rostros, para ojos vidriosos…
Obsequiantes de abrazos, para músculos ateridos…
Artífices de risa, para abdominales perezosos…
Radiadores de calor, para los que vienen de invierno…
Proveedores de mimos, para cuerpos sensibles…
Legadores de luz, para mentes cerradas…
Compartidores de ganas, para hombros caídos…
Médicos de penas, para felicidades extraviadas…
Fabricantes de magia, para carentes de milagros…
Acicaladores de angustia, para ansiosos incurables…
Ladrones de miedo, para sentimientos encadenados…
Decoradores de cielo, para miradas que nunca se elevan…
Enseñantes de mapas, para desviados del rumbo…
Brindadores de caricias, para pieles dormidas…
Promotores de alegría, para pesimistas empedernidos…
Despertadores de sentidos, para emociones anestesiadas…
Blanqueadores de culpa, para pecadores arrepentidos…
Cicatrizantes de heridas, para llagas que sangran…
Derrochadores de amor, para vidas desperdiciadas…
Embellecedores de almas, para jardines sin flores…
Portadores de esos y muchos más dones para regalar…
Gente bella, personas como todos, personas COMO VOS…
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